9 dic 2012

Sonrisa.


No solo la peligrosa curva de unos labios. No solo un gesto. No solo una respuesta a una pregunta, a una anécdota, a una broma. No solo un veredicto. No solo una mueca. No solo un ademán que por medio de la mímica habla por si solo. No solo una expresión que, grabada en el semblante con la delicadeza de Miguel Ángel, oculta más de lo que las palabras podrían expresar.