31 jul 2012

Dulce ensueño velado de la dama que camina dormida.


La suave y escasa luz que por cuarto menguante emitía la luna esa noche se colaba a través de los cristales de las ventanas, iluminando tenuemente y por igual la piedra de las paredes, la madera de los muebles, el metal de las armaduras y el suelo del quinto piso. En el castillo reinaba un imperturbable silencio que nadie osaría interrumpir, y las armaduras, brillantes, estoicas, parecían las guardianas de esa eterna quietud que, cual Bella Durmiente de Perrault, parecía esperar con ansia casi imperceptible que alguien la despertase, o en el caso del silencio, que alguien lo rompiese.

Pero… ¿Qué ocurre cuando aquello que rompe la calma, es más silente que el propio silencio?

29 jul 2012

Game of Beers + Video (efectos especiales)

¿Qué es lo que ha hecho Red Bubble?
Usar la tendencia del momento para hacer negocio, y dicho sea de paso, muy bien hecho!

La Guardia de la Noche, la casa Stark, Lannister, Targaryen... sus estandartes, símbolos, lemas y nombres convertidos en marcas internacionales de cerveza para plasmar en camisetas, etiquetas, y todo tipo de objetos customizados. ¡Ahí va!

25 jul 2012

Una tumba sin nombre.


"Es inevitable acabar estimando lo que vas conociendo... Por eso, durante demasiado tiempo intenté no conocer realmente a nadie." L.F.B.


El viento movía suavemente las ramas de los árboles del cementerio, creando un susurro casi continuo. Muchas hojas estaban amarillentas ya, y las más débiles eran arrancadas de las ramas por la brisa, cayendo irremediablemente al suelo donde eran pisoteadas y olvidadas, hasta desaparecer por completo. Una hoja dorada y seca se descolgó de un árbol cercano y giró traviesa en el aire, pasando por delante del rostro de Liszt, tapando el sol del atardecer por un instante. “Que propio”. Una sonrisa amarga y sesgada cruzó los labios de la joven cuando pisó la hoja sin detener su pausado caminar. Llevaba el rostro parcialmente cubierto por un tocado negro con rosas rojas, el largo vestido de luto era fino y discreto, de escote alto, y el oscuro corsé de terciopelo con lazada lo amoldaba a su figura. Entre sus brazos, cubiertos por guantes negros, llevaba un ramo con quince rosas del rojo más intenso que había podido encontrar. Ella misma las había cortado una a una, un trabajo que solo se molestaba en hacer una vez al año.

7 jul 2012

El juego de la insensibilidad.


Era la apatía quien llamaba a su puerta, y era la irritante insistencia de sus golpes, de sus nudillos percutiendo rítmicamente sobre la madera, lo que la sumía en ese letargo casi auto inducido. Pero ahora no podía quejarse, porque había sido ella misma quien había estado gritando al viento para que viniese a acunarla. Si… abrir la puerta y dejarla entrar era muy fácil. Lo complicado era conseguir echarla fuera una vez te habías servido de ella.